Problemas y situaciones toman un protagónico.

Un protagónico que seria papel secundario si vos no fueras el propio director de tu obra.



Llegan momentos, noticias, comentarios,
aparecen un día en la punta de tu nariz y en ese instante,
recién te das cuenta de lo ilógico que es todo.
De lo absurdo de que hoy estés acá preocupándote por banalidades,
enredados en relaciones, actitudes personales, generando una introspección inútil.
Como una palabra puede cegarte, puede hacerte dar cuenta de lo frágil que es todo,
que todo pende de un hilo.

Hay días que mis preocupaciones me averguenzan, y hoy es uno de esos días.

no tengo término medio

De la alegría a la tristeza
del amor al odio
de la fascinación a la decepción total
del llanto a la risa
del entretenimiento al aburrimiento
de las caricias al maltrato
del miedo a la valentía
del placer al displacer
de la inactividad a la hiperquinesia
del gusto al asco
de vos a él.
Y viceversa.